El torneo del Cuatro y Medio de Nájera llegó a su conclusión con la disputa de las cuatro finales durante la tarde del sábado 18 de enero en el frontón riojano.
A partir de las 17:30 arrancó con el duelo de los infantiles con Jon Lazkanotegi (Bortziriak) consiguiendo la txapela al derrotar por 18-8 a Aitor Arteaga (Zazpi Itturri). El navarro se encontró muy sólido sin apenas regalar ningún tanto. Su juego era largo y en busca de la pared izquierda como lo ha ido demostrando en sus partidos previos. Hubo tantos peloteados y de mucha entrega por parte de ambos, pero Arteaga pese a dejar algunos detalles de la calidad que dispone no pudo luchar por el triunfo. Lazkanotegi, siendo un pelotari más hecho y con un año mayor se palpó en la disputa siendo una categoría que estos detalles suelen ser importantes ya que todavía se están haciendo y son aun muy jóvenes. A los dos sin embargo, se les vio con muy buenos pasos de cara al futuro.
El segundo choque fue entre los promesas con Unax Ramírez (Kurene) derrotando a Oier Zabaleta (Oiarpe) por 22-8. El vizcaíno fue muy superior en todo momento gozando de diferencias de impacto sin que el guipuzcoano en ningún instante pudiera meterse a pugnar por tener una mínima oportunidad. Dejó algún detalle durante el desenlace, pero en líneas generales el ritmo que suele poner Unax no lo supo manejar, y Ramírez continúa agrandando su estantería con la suma de una nueva txapela en su palmarés. El pelotari que dispone de un bello recorrido continúa con ese aprendizaje y ya ha dejado también su marca en Nájera.
Entre los cadetes, llegó el primer triunfo riojano con Javier Tuesta Paraguayo (Najerino) cumpliendo con su papel de favorito ante la sorpresa del torneo Ekain Olano (Tolosa) por 18-5. Era uno de los grandes nombres para que unas 400 personas se acercaran al frontón y no defraudó. Después de un comienzo donde estuvieron bastante cercano, aunque con una pelota botona que ninguno logró estar cómodo, Paraguayo consiguió marcharse. Integrado en una enorme seriedad y sin confiarse en ningún momento, el saque fue un gran arma. Los hizo de mucha categoría y Olano no pudo tener opciones para meterse en el partido. Mucha culpa de ello fue de Javier que a nivel psicológico no se confió y hasta que no llegó a la cumbre, no dejó de caminar.
Para finalizar, los élite salieron a las cancha con otra txapela que se quedaba en tierras riojanas. Sergio Gutiérrez (San Cosme) no dejó que Gaizka Carregal (Adiskide) revalidara la txapela y le arrebató el puesto de campeón por 22-13. El inicio abismal del riojano fue clave. Se le notó con una enorme frescura con la pelota saliendo a enormes velocidades de ambas manos. Le valió para coger diferencias significantes que sirvieron para que el vizcaíno nunca tuviera opciones de poder arremeter o llegar a disponer un marcador más apto para sus intereses. Se vivieron tantos competidos y trabajados pero el marcador nunca sería una dosis de emoción. Uno de los grandes golpes de Sergio sería el dos paredes.
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