Jokin Altuna alzó por cuarta vez la txapela del campeonato Manomanista al someter en el frontón Bizkaia de Bilbo a Iñaki Artola con un resultado de 22-19.
Una final de enormes emociones en la que con los nervios a flor de piel tanto Jokin Altuna e Iñaki Artola compitieron a un nivel sublime que pasaremos a detallar. Es la cuarta que consigue el de Amezketa siendo esta su sexta final en total.
La chapa del juez delantero hizo que el color que iba a salir de cara sería el rojo. Por tanto, el primer saque iba a ser del vigente campeón Manomanista. Lo aprovechó para situarse con 3-0 en los que fueron tantos rápidos. Aun así, en el primer tanto conseguido por Artola, se le vio que sobre todo con la mano izquierda la pelota le salía con una chispa temible. Sin embargo, iba a ser Jokin el que iba a coger una bonita diferencia en ese juego más rápido en la delantera que estaba costando más a Iñaki. Altuna, ya se encontraba con algo de diferencia, y tras obtener el tercer tanto se le vio con precipitación en el instante de ir a por un remate a una pelota que estaba bajando y que en busca del sotamano se perdió en el colchón. Aquella situación parecía mermarle en el aspecto mental ya que poco a p0co Jokin se fue hasta saborear un 10-3.
Una diferencia que encontrándose Jokin sobre la cancha en una lucha individual suele ser muy difícil de remontar. Aun así, Altuna había aprovechado más su grandeza de jugar, que los golpeos fueran del todo efectivos. Con la derecha no terminaba de gozar, había voleas que no le entraban del todo pero siendo conocedor de lo que tenía que mostrar sobre la cancha para ser eficiente, le dio rédito. Artola, por su parte, comenzó a jugar una barbaridad. Pese a ir por debajo no decayó y en sus golpeos había mucha frescura.
En cuanto al resto, hubo muchos sobre todo Iñaki en los que se quedó atrás, Jokin también aunque iría más a por el aire. Artola, en esa remontada fue amo y señor de la cancha. Obligó a Altuna pegar una más y siempre con la presión de definir u obligarle ya que el de Amezketa pese a verse dominado, no regalaba absolutamente nada. El mérito de Artola estaba siendo sublime. Le superó en el juego y no solo le igualó sino que le superó.
Fue el de Alegia quien llegó por delante al primer descanso obligatorio. A nivel de juego continuaba mucho más fresco que un Jokin que no lograba empalar los golpeos de la mejor manera. Sin embargo, la enorme calidad que dispone, le estaba dando vida para que Artola no se fuera en el electrónico. No obstante, era ya Iñaki quien dominaba tanto el juego como el electrónico.
Cada vez se estaba viendo más cerca y en el tanto 18 las sensaciones eran prosperas para él. No había amago de reacción de Jokin. Si cogió el saque pero no fue capaz de imponerse en el juego. Intentó jugadas que no suele usar habitualmente como una volea de dos paredes o el dos paredes con efecto. Por ello, Artola se vio con un 19-15 a favor. A partir de entonces, Altuna por fin pudo sacar su coraje. Se vio sobre todo en el golpeo de derecha. Durante la cita apenas empaló un buen golpeo a bote y fue ahí cuando se pudo hacer él amo y señor.
Fue sin prisa, tanto por tanto y lo bueno para él es que continuaba sin errar de manera clara. Las sensaciones de juego ya estaban cambiando. En tantos anteriores el besagain de izquierda ya tuvo mayor soltura, pero después sería el golpeo de derecha. Empató a 19, pero continuó a lo suyo. No dejó a Iñaki tener sus posibilidades. Le arrinconó y fue él quien le dominó en esa fase final donde conectó siete tantos de manera consecutiva. Frenó el enorme partido que estaba disputando el de Alegia cerca del final. En ese desenlace, se vio al mejor Altuna en cuanto a chispa. Gozó como en ningún momento del partido y le sirvió para clavar nuevamente su bandera. Con remontada incluida en instantes de mayor tensión sacó su coraje para obtener la cuarta txapela Manomanista.
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